La correcta instalación de los pozos de alcantarillado es, junto con la calidad y características del material, uno de los puntos clave del resultado final.

En primer lugar, hay que asegurarse de que el lecho de colocación esté nivelado y aplanado, eliminando cualquier rugosidad que pueda dañar los pozos de aguas negras. Cuando sea necesario construir el lecho de colocación o utilizar materiales distintos a los de la excavación para el primer relleno, es necesario retirar los materiales que puedan dañar el pozo de registro durante la instalación. La superficie de colocación debe garantizar una continuidad absoluta de apoyo entre la tubería y el pozo y, en los tramos en los que se teman asentamientos, deben tomarse precauciones especiales, como la utilización de juntas adecuadas o un tratamiento especial del fondo de la zanja.

Al igual que las tuberías de polietileno, los pozos de plástico para aguas residuales también requieren un lecho de colocación y un relleno con un buen grado de compactación, lo que se consigue fácilmente utilizando tierra suelta de grano fino (arena, piedra triturada o grava). Este material también debe colocarse en un radio de 60 cm alrededor del pozo hasta alcanzar el nivel del suelo. El uso de suelo no cohesivo para el relleno de la zanja también elimina los fenómenos de hinchamiento y contracción debidos a cambios en el contenido de agua (fluctuaciones del nivel freático), que son la principal causa de las deformaciones en las superficies de las carreteras.

Este método de colocación, que también es necesario para limitar los hundimientos en la superficie que rodea el pozo de alcantarillado, puede realizarse fácil y rápidamente con la ayuda de equipos sencillos (compactadores). En el caso de cargas especialmente elevadas, el material previsto anteriormente puede sustituirse por hormigón, con lo que el pozo puede revestirse hasta el nivel del suelo.

En caso de tráfico de vehículos, es aconsejable utilizar placas de separación de hormigón. Estas placas, sobre las que se apoyan las tapas de registro, transfieren las sobrecargas provocadas por el tráfico vehicular sobre el terreno compacto que rodea el pozo y no directamente sobre el mismo. La losa de distribución de la carga debe tener un orificio ligeramente mayor que el diámetro externo del reductor cónico, de modo que nunca haya contacto entre la losa y el pozo. Este método de instalación permite utilizar estas tapas de registro incluso en zonas sujetas a tráfico de vehículos de primera clase: por lo tanto, el pozo de alcantarillado no está sometido directamente a cargas verticales debidas al tráfico.

Las normas relativas a los pozos de polietileno (EN 13476-1 y EN 13476-2) especifican que las elevaciones de los pozos deben tener una resistencia superior a 0,7 kN/m2 para los pozos inferiores a DN/ID 800 y una resistencia superior a 2,0 kN/m2 para los pozos superiores a DN/DI 800. En el caso del pozo para aguas negras suministrado por Polieco, la elevación puede realizarse con tuberías corrugadas con una resistencia circunferencial superior a 4 kN/m2 o incluso superior a 8 kN/m2.

Pozos de base moldeada                            Pozos procedentes de tubo