El término «tejido no tejido» se refiere a un producto similar a un tejido, pero obtenido mediante un proceso industrial. Por tanto, no hablamos del clásico cruce de hilos en un esquema ordinario, como ocurre en las prendas de punto, sino que por «no tejido» entendemos una disposición aleatoria de las fibras.

Las fibras utilizadas son tanto naturales como sintéticas y se colocan unas sobre otras en capas o cruzadas y se pegan con colas, adhesivos o procesos térmicos. Ejemplos de tejido no tejido de uso común son la guata y el fieltro.

El tejido no tejido es un material similar al textil, pero más barato y práctico, ya que presenta las siguientes ventajas:

  • repelencia al agua;
  • resistencia al calor y a las bajas temperaturas;
  • poca abrasividad al tacto.

El tejido no tejido también se utiliza cada vez más para el drenaje y la dispersión del agua pluvial en el suelo. Este material, también llamado geotejido o geotextil, se utiliza para evitar la infiltración del suelo.

Se utiliza generalmente como:

  • recubrimiento de tubos acanalados. Muchas empresas ya suministran el tubo de drenaje con funda de tejido no tejido para facilitar la colocación de los tubos y reducir los posibles errores de instalación;
  • cubriendo la sección de las excavaciones donde se colocan las celdas de dispersión. En este caso, el geotejido debe colocarse transversalmente a la longitud de la excavación y, en las juntas del tejido, hay que asegurarse de que haya un solapamiento de unos 50 cm y, a continuación, se envuelven completamente las celdas.

El geotejido puede fabricarse en diversos gramajes en función de su aplicación; el tejido no tejido para drenaje debe tener una masa de aire ≥ 150 g/m2 para que favorezca la salida del agua pero dificulte la entrada de materiales sólidos.

Tubos acanalados                            Celdas de dispersión