El agua se utiliza a diario para tantas actividades: lavar los platos y la vajilla, la higiene personal, regar jardines y huertos, etc.
Generalmente, para ello se utilizan grifos domésticos que distribuyen agua potable, aunque en estos casos no es necesaria la potabilidad.
Para reducir costes y preservar las aguas subterráneas, se pueden utilizar contenedores de recogida de agua pluvial.
Las cisternas enterradas de recogida de agua pluvial no son más que tanques enterrados. Pueden fabricarse con tubo de polietileno estructurado, liso o en espiral. Este tipo de depósito de aguas pluviales se cierra en ambos extremos con placas de polietileno de 20 mm de espesor con refuerzos internos para garantizar la estanqueidad hidráulica del sistema.
El agua pluvial recogida en los tejados se canaliza hacia las canaletas y, como alternativa a su dispersión en el suelo, puede almacenarse en el interior del tanque. De hecho, las cisternas de recuperación de aguas pluviales están equipadas con acoplamientos de entrada-salida y posibles trampillas de tubo liso y/o corrugado para permitir la inspección del interior del tanque o la inserción de bombas que tienen la misión de drenar el agua necesaria para las actividades diarias.
Las cisternas de recuperación de aguas pluviales deben colocarse sobre una superficie plana, no hundida y adecuada al peso que deban soportar. La principal ventaja de los depósitos de recogida de agua pluvial es que son modulares y pueden adaptarse a necesidades específicas: en función de la superficie disponible, incluso tanque muy largos pueden conectarse en serie o en paralelo para conseguir los volúmenes necesarios.