Los pozos de registro no son más que elementos que se colocan a determinados niveles a lo largo de las redes de alcantarillado para permitir la limpieza o la inspección interna.
Por lo general, un pozo de registro completo consta de los siguientes elementos:
Veamos en detalle la función de estos componentes.
Las bases moldeadas de los pozos pueden ser de innumerables tipos ya que, además de las diferentes formas, hay que tener en cuenta el número de entradas/salidas y su diámetro. Las caras, de hecho, llevan los vasos que sirven de conexión a las tuberías de entrada y salida.
Cada base tiene también una disposición de cono truncado o copa en la parte superior, para recibir la prolongación.
La pieza en elevación consiste en un trozo de tubería que sobresale hacia la superficie para permitir inspeccionar el interior del tubo principal. Se puede colocar una junta entre la prolongación y la base o se puede hacer una soldadura.
En algunos casos, se puede soldar una escalera en la pared interior de la parte en elevación, para facilitar el descenso al pozo de registro del personal de limpieza e inspección.
La parte superior de los pozos de registro puede realizarse con un elemento reductor cónico encajado en la prolongación, para rebordear el pozo de registro hasta obtener una boca de inspección.
Se trata de placas sobre las que se apoyan las tapas de las alcantarillas. Es aconsejable incluirlas en los casos en que haya tráfico de vehículos.
De hecho, estas placas no están en contacto directo con el reductor cónico y, por lo tanto, transfieren las sobrecargas causadas por el tráfico de vehículos al suelo de respaldo compacto alrededor del pozo de registro. De este modo, no pesan directamente sobre la parte en elevación o sobre el reductor cónico.
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